El Ministro de Sanidad, Bernat Soria, se ha comprometido a adoptar una solución. En los próximos días se conocerá la propuesta del Ministerio en la que, previsiblemente, no aparecerá la palabra «prescripción». La causa más probable son las presiones de la Organización Médica Colegial, en contra de la medida.
Los colegios de enfermería, sin embargo, aseguran que la postura en Europa es muy distinta, y aspiran a que los profesionales con más experiencia, puedan convertirse en «enfermeros prescriptores». Es la fórmula que adoptó el Reino Unido en 1992 sin que, según dicen, haya habido conflictos con los médicos.
Para conocer este modelo, el Consejo de Colegios de Enfermería, con su presidente, Máximo González Jurado, a la cabeza, organizó la semana pasada una reunión con sus homólogos del Consejo de Enfermería y Matronas británico. Los datos ofrecidos fueron sorprendentes: mientras en España se trabaja en legalizar por primera vez una lista reducida de fármacos que estos sanitarios podrán «autorizar», en Gran Bretaña tienen un acceso casi ilimitado a todos los medicamentos. Incluso a algunos de los llamados «controlados», como los de cuidados paliativos o la metadona, siempre que sea dentro de su especialidad.
A la reunión asistió Paul Robinson, representante del Ministerio de Sanidad británico, quien aconsejó a España iniciar el camino que emprendieron hace 15 años. Adoptar el sistema de Reino Unido, dijo, «supondría una mejora asistencial». Sobre el acceso cada vez mayor a los fármacos, Robinson explicó que «empezamos con una lista de 180 medicinas, pero pronto se quedó corta y en 2005 se propuso que pudieran recetar cualquier fármaco».
Otro de los participantes en la reunión fue Matt Griffiths, uno de los 14.500 «prescriptores independientes», la élite de las 786.000 enfermeras y matronas de Reino Unido. Griffiths subrayó que «no se ha conocido ningún caso de negligencia en la prescripción enfermera hasta ahora». Los farmacéuticos, los fisioterapeutas y los optometristas también están autorizados a prescribir.
Para los médicos británicos, aseguran, ésta «es una oportunidad» para centrarse en otros ámbitos, y no «una amenaza».
Fuiente: LaRazón.es
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