«A sanidade galega na UCI, a túa saúde terá prezo» rezaba una pancarta a modo de esquela que portaban los manifestantes, que han insistido en que en el caso de la sanidad los recortes afectan directamente a la calidad asistencial. «Pónse en risco a seguridade e a saúde dos doentes», afirmó María Seijo, portavoz de la Junta Personal del área sanitaria coruñesa.
El sindicato CIG ha denunciado esta mañana el «colapso» del servicio de urgencias del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), convertido, afirma, en un «almacén de urgencias».
«Las condiciones de atención, calidad asistencial, confidencialidad y medidas higiénico-sanitarias que deberían primar para los pacientes son propias de un país tercermundista», ha denunciado el sindicato en un comunicado.
La comisión del centro hospitalario ha exigido a la gerencia que tome las medidas oportunas para evitar que la situación continúe agravándose.«Hay pacientes que llevan en el servicio un mínimo de 72 horas sentados», ha subrayado el sindicato.
Por su parte, el BNG ha responsabilizado a la «austeridad del PP», «una auténtica peste», de la situación de la sanidad en Galicia, el líder nacionalista ha reclamado una mayor financiación para la sanidad pública.
«La austeridad del PP es un virus letal que acaba con los servicios públicos y con las personas que precisan de ellos», ha afirmado el portavoz en A Coruña, Xosé Manuel Carril.
Otros responsables nacionalistas han participado esta mañana en la movilización del personal sanitario del CHUAC contra los recortes.
Por otro lado, el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) abrió el domingo 14 camas del Gil Casares para atender a pacientes tratados en urgencias del Clínico que precisaban ingresar. Estas instalaciones se utilizan si hay excesiva presión asistencial. El domingo hasta 40 personas esperaron por una cama, por lo que la dirección optó por contratar personal específico y ponerla en marcha. Ayer la cifra descendió, aunque se superó la veintena de pacientes que aguardaban por una cama, y a última hora de la mañana restaban seis pendientes de ingreso.
En el CHUS insisten que desciende la demanda media de urgencias, pero son más complicadas. Desde las 8.00 del domingo a las 8.00 del lunes se atendieron 273 pacientes adultos, según datos oficiales, cuando la media diaria del año pasado superó los 300. Sin embargo, son enfermos crónicos, con patología respiratoria, que precisan de más tiempo para su atención y estabilización y exigen más ingresos.
La semana pasada Sanidade ya avanzó que, aunque la demanda máxima por la gripe e infecciones respiratorias se estima que se dio en la semana del 13 al 19, «pola experiencia pasada non se pode descartar certo reponte na semana próxima, porque en datas festivas como as actuais o número de chamadas ao 061 tenden a aumentar».
Así se confirmó: el miércoles aumentaron los ingresos desde urgencias del Clínico 3 puntos, del 17 al 20 %. Al mantenerse la tendencia, se abrieron las camas del Gil Casares, como solicitaban profesionales ya en días anteriores, y «permanecerá aberta mentres persista o incremento da demanda asistencial estacional», señala el CHUS.
Volvieron a colocarse algunas cortinas para favorecer un mayor número de personas en espera de cama en las urgencias del Clínico, pero el personal las retiró, al valorar que así volvía la situación de riesgo laboral superada desde que se usan los espacios ampliados a finales de enero. La sala de prealtas abierta en verano se usa poco por lo que se escuchan propuestas de que se reconvierta para preingresos, como la que existía antes.
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